jueves, 20 de octubre de 2016

DEBATE SOBRE LOS ESTILOS DE LIDERAZGO

Primeramente veremos un video de los estilos de liderazgo, Y posteriormente leeremos un texto sobre el libro "Jefes, jefazos y jefecillos. Nos servirá para debatir, qué estilo de liderazgo puede funcionar mejor en un determinado equipo  de trabajo.





Érase una vez... jefes, jefazos y jefecillos.”JUAN JOSÉ ALMAGRO
Decálogo para ser un buen jefe
Buena parte de la literatura centrada en temas de liderazgo empresarial tiene como protagonistas a altos directivos, a los que llevan las riendas de la empresa. Lo original de Érase una vez... jefes, jefazos y jefecillos es que hace el esfuerzo de bajar unos cuantos peldaños para analizar cómo dirigen a sus empleados los mandos intermedios, ejecutivos que resultan clave para la marcha de la empresa pero que según el autor no reciben la atención que se merecen,
La primera conclusión es desalentadora. Estos jefes, que están siempre en medio pues no se les puede considerar trabajadores de base pero tampoco directivos, prefieren en muchas ocasiones asustar, controlar, presionar y exigir a sus subordinados en lugar de hacerles comprometerse con su trabajo.
El punto de partida del libro es una anécdota que resume las características básicas que deben tener los buenos jefes. El autor, que ha ocupado distintos puestos directivos en la compañía aseguradora Mapfre, le preguntó a su madre de 91 años cómo creía que debía ser el jefe perfecto y ésta respondió: "Deben cumplir con su obligación, saber crear un ambiente agradable, respetar a sus empleados y hacerse respetar".
De esa conversación, surgió también la definición de jefecillo que provocó incluso un cambio en el título. Los jefecillos son aquellos ejecutivos que, tengan la categoría que tengan, gritan a la menor excusa y se creen siempre lo que no son.
Dando vueltas a esta idea básica, el texto desgrana esas virtudes del buen jefe, en algunos casos de forma un tanto desordenada. Algunas caen por su propio peso, aunque hay muchos jefes que se olvidan de ello. Un ejecutivo debe dirigirse siempre a sus empleados con educación, respeto y sinceridad porque, según el autor, de las malas maneras al acoso laboral sólo hay un paso.
La reflexión sobre estos nuevos jefes queda recogida en un decálogo, cuyo objetivo no es que se cumpla, sino hacer reflexionar al lector, si es un mando intermedio en una empresa, sobre todo.
En primer lugar, los jefes deben querer serlo y saber por qué quieren serlo (es habitual que muchos jefes lo sean porque se ven obligados a seguir progresando no porque lo deseen en realidad); respetar a los demás y a sí mismos; ser tolerantes; tener ganas de aprender y de enseñar; ser innovador; tener capacidad para delegar algunas funciones en sus empleados; comunicar bien para que ningún subordinado se lleve a engaño; ser leal y estar comprometido con la empresa, con el proyecto que se le haya encomendado y con sus empleados. Y dar ejemplo. Si el espejo en el que se miran los jefes del futuro es un ejecutivo que impone el terror es probable que ellos repitan sus pasos.

DEBATE ¿SON PELIGROSOS LOS JEFECILLOS?

¿CÓMO PROPONE ALMAGRO QUE DEBE SER UN BUEN JEFE INTERMEDIO?

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